Antecedentes
del tema
En México se percibe la
problemática del bajo rendimiento académico; desde la década de los 80 del
siglo pasado, esta se ha analizado en todos los niveles educativos, la cual se ha
elevado hasta alcanzar valores preocupantes en el mundo.
El problema del bajo
rendimiento en Matemáticas es explicado de forma extendida entre los docentes
de los diferentes niveles educativos en México por el deficiente plan de
estudios de Matemáticas, por lo cual expresan su inclinación hacia una reforma
curricular integral, no solo en esta asignatura, sino en el resto. Sin embargo,
se podría argumentar que la reforma curricular es parte del problema y no la
solución, además que se integraría al problema la actualización y capacitación
docente, así como el financiamiento tanto para la reforma como para la
capacitación, entre otros.
En México se está en constante
estado de reforma: aún no concluye una cohorte un plan de estudios cuando ya se
está trabajando en el nuevo; no se han evaluado los resultados de un plan y se
está iniciando el nuevo. Los profesores mexicanos se enfrentan con la necesidad
de cambiar lo que enseñan mucho más a menudo que sus pares de otros países.
En la enseñanza matemática se
implican diversos procesos, pero los mismos pueden enmarcarse en la relación
existente en dos, en los mismos se refieren los pasos o etapas que pueden ser
identificados como asimilación y comprensión: ambos son interdependientes y se
alcanzan en la misma medida en la cual se desarrolla el aprendizaje, siendo el
primer nivel el de la asimilación como elemento básico para el desarrollo de
una actividad mecánica, mientras que la siguiente, implica el desarrollo de
habilidades cognitivas en las cuales se infiere la presencia del entorno, la
capacidad de relación y otras similares.
Los profesores parten del
supuesto que los alumnos deben de llegar a la secundaria con interés por
aprender lo que en la escuela les quieran enseñar y les desmotiva que no sea
así, en lugar de buscar estrategias para generar la involucración e interés de los
alumnos.
Bases
teóricas
El profesor es considerado un
técnico a quien se le deben dar todos los insumos: un programa, planeaciones específicas
para cada día, fechas de cumplimiento, etcétera, su función es únicamente la de
operar un programa que alguien más diseñó. Con esa concepción del profesor como
técnico, se ha enfatizado el cumplimiento de un programa y no el aprendizaje de
los estudiantes. El profesor no debe ser operario, es parte fundamental en el
proceso de enseñanza aprendizaje como mediador ente el alumno y el objeto de
conocimiento (Gómez López, Silas Casillas, & Miranda Montoya,
2015)
Pudiera parecer que esta
discusión está muy alejada de los intereses prácticos del profesor, interesado
fundamentalmente por cómo hacer más efectiva la enseñanza de las matemáticas (u
otro tema) a sus alumnos. (Godino, Batanero, & Font, 2003) .
Cambiar las actitudes, hábitos
y prácticas pedagógicas no se logra a través de reglamentos y normatividades;
por el contrario, para que los alumnos y profesores reencuentren sentido al
aprendizaje, el docente debe realizar un proceso reflexivo en el que estén
presentes los fines y objetivos de la educación. (Navarro
Cumpean, 2013)
Una situación didáctica puede
ser construida por el profesor de forma intencional con el propósito que los
estudiantes logren determinado conocimiento. Siguiendo con el autor una
situación didáctica es “Un conjunto de relaciones establecidas explícita y/o
explícitamente entre un alumno o un grupo de alumnos, un cierto medio (que
comprende eventualmente instrumentos u objetos) y un sistema educativo
(representado por el profesor) con la finalidad de lograr que estos alumnos se
apropien de un saber constituido o en vías de constitución.”
Los libros de texto presentan
dos componentes que cubren las expectativas de profesores y estudiantes: una
teoría dosificada y contextualizada que permite a los profesores explicar
conceptos y, por otra parte, diversos problemas y ejercicios para que los
estudiantes profundicen en las ideas matemáticas y se preparen para los
exámenes. Pero los libros no son iguales en su estilo, formato y contenido, pues,
aunque se escriben para un mismo público, los autores plasman su propia
epistemología sobre las Matemáticas y sobre el aprendizaje de las mismas. (Castañeda, Gonzáles Rodríguez, & Mendo-Ostos,
2017) .
Un caso cumple el criterio
matemáticas del estudiante, si un observador puede inferir lo que el estudiante
está expresando matemáticamente. Se reconoce la imposibilidad de acceder
directamente al pensamiento del estudiante. Los profesores hacen inferencias
basadas en observaciones de lo que los estudiantes hacen y dicen. (Garzón
Castro, 2017) .
Una de las metas generales del
aprendizaje de las matemáticas es lograr que nuestros alumnos desarrollen un
conocimiento flexible, ágil, competente y aplicable y que lo puedan revitalizar
y regenerar continuamente adaptándolo a situaciones nuevas. Lamentablemente
esta meta no es tan fácil de alcanzar y frecuentemente escuchamos lamentos de maestros,
alumnos, padres y de la comunidad en general acerca de los fracasos de la
educación matemática y, sobre todo, acerca del rechazo que inspira esta
disciplina, a la vez tan respetada y tan temida. (Arcavi, 2018) .
Como es frecuente escuchar hoy
en día, la tendencia es cada vez mayor a pasar de un aprendizaje mayormente
centrado en el docente (concepto tradicional del proceso de enseñanza
aprendizaje), hacia uno centrado en el estudiante, lo cual implica un cambio en
los roles de estudiantes y docentes. Así pues, el rol del docente dejará de ser
únicamente el de transmisor de conocimientos para convertirse en un facilitador
y orientador del conocimiento y en un participante del proceso de aprendizaje
junto con el estudiante (Arcavi, 2018) .
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