jueves, 16 de mayo de 2019

Antecedentes del tema y marco teórico


Antecedentes del tema
En México se percibe la problemática del bajo rendimiento académico; desde la década de los 80 del siglo pasado, esta se ha analizado en todos los niveles educativos, la cual se ha elevado hasta alcanzar valores preocupantes en el mundo.
El problema del bajo rendimiento en Matemáticas es explicado de forma extendida entre los docentes de los diferentes niveles educativos en México por el deficiente plan de estudios de Matemáticas, por lo cual expresan su inclinación hacia una reforma curricular integral, no solo en esta asignatura, sino en el resto. Sin embargo, se podría argumentar que la reforma curricular es parte del problema y no la solución, además que se integraría al problema la actualización y capacitación docente, así como el financiamiento tanto para la reforma como para la capacitación, entre otros.
En México se está en constante estado de reforma: aún no concluye una cohorte un plan de estudios cuando ya se está trabajando en el nuevo; no se han evaluado los resultados de un plan y se está iniciando el nuevo. Los profesores mexicanos se enfrentan con la necesidad de cambiar lo que enseñan mucho más a menudo que sus pares de otros países.  
En la enseñanza matemática se implican diversos procesos, pero los mismos pueden enmarcarse en la relación existente en dos, en los mismos se refieren los pasos o etapas que pueden ser identificados como asimilación y comprensión: ambos son interdependientes y se alcanzan en la misma medida en la cual se desarrolla el aprendizaje, siendo el primer nivel el de la asimilación como elemento básico para el desarrollo de una actividad mecánica, mientras que la siguiente, implica el desarrollo de habilidades cognitivas en las cuales se infiere la presencia del entorno, la capacidad de relación y otras similares.
Los profesores parten del supuesto que los alumnos deben de llegar a la secundaria con interés por aprender lo que en la escuela les quieran enseñar y les desmotiva que no sea así, en lugar de buscar estrategias para generar la involucración e interés de los alumnos.
Bases teóricas
El profesor es considerado un técnico a quien se le deben dar todos los insumos: un programa, planeaciones específicas para cada día, fechas de cumplimiento, etcétera, su función es únicamente la de operar un programa que alguien más diseñó. Con esa concepción del profesor como técnico, se ha enfatizado el cumplimiento de un programa y no el aprendizaje de los estudiantes. El profesor no debe ser operario, es parte fundamental en el proceso de enseñanza aprendizaje como mediador ente el alumno y el objeto de conocimiento (Gómez López, Silas Casillas, & Miranda Montoya, 2015)
Pudiera parecer que esta discusión está muy alejada de los intereses prácticos del profesor, interesado fundamentalmente por cómo hacer más efectiva la enseñanza de las matemáticas (u otro tema) a sus alumnos. (Godino, Batanero, & Font, 2003).
Cambiar las actitudes, hábitos y prácticas pedagógicas no se logra a través de reglamentos y normatividades; por el contrario, para que los alumnos y profesores reencuentren sentido al aprendizaje, el docente debe realizar un proceso reflexivo en el que estén presentes los fines y objetivos de la educación. (Navarro Cumpean, 2013)
Una situación didáctica puede ser construida por el profesor de forma intencional con el propósito que los estudiantes logren determinado conocimiento. Siguiendo con el autor una situación didáctica es “Un conjunto de relaciones establecidas explícita y/o explícitamente entre un alumno o un grupo de alumnos, un cierto medio (que comprende eventualmente instrumentos u objetos) y un sistema educativo (representado por el profesor) con la finalidad de lograr que estos alumnos se apropien de un saber constituido o en vías de constitución.”
Los libros de texto presentan dos componentes que cubren las expectativas de profesores y estudiantes: una teoría dosificada y contextualizada que permite a los profesores explicar conceptos y, por otra parte, diversos problemas y ejercicios para que los estudiantes profundicen en las ideas matemáticas y se preparen para los exámenes. Pero los libros no son iguales en su estilo, formato y contenido, pues, aunque se escriben para un mismo público, los autores plasman su propia epistemología sobre las Matemáticas y sobre el aprendizaje de las mismas. (Castañeda, Gonzáles Rodríguez, & Mendo-Ostos, 2017).
Un caso cumple el criterio matemáticas del estudiante, si un observador puede inferir lo que el estudiante está expresando matemáticamente. Se reconoce la imposibilidad de acceder directamente al pensamiento del estudiante. Los profesores hacen inferencias basadas en observaciones de lo que los estudiantes hacen y dicen. (Garzón Castro, 2017).
Una de las metas generales del aprendizaje de las matemáticas es lograr que nuestros alumnos desarrollen un conocimiento flexible, ágil, competente y aplicable y que lo puedan revitalizar y regenerar continuamente adaptándolo a situaciones nuevas. Lamentablemente esta meta no es tan fácil de alcanzar y frecuentemente escuchamos lamentos de maestros, alumnos, padres y de la comunidad en general acerca de los fracasos de la educación matemática y, sobre todo, acerca del rechazo que inspira esta disciplina, a la vez tan respetada y tan temida. (Arcavi, 2018).
Como es frecuente escuchar hoy en día, la tendencia es cada vez mayor a pasar de un aprendizaje mayormente centrado en el docente (concepto tradicional del proceso de enseñanza aprendizaje), hacia uno centrado en el estudiante, lo cual implica un cambio en los roles de estudiantes y docentes. Así pues, el rol del docente dejará de ser únicamente el de transmisor de conocimientos para convertirse en un facilitador y orientador del conocimiento y en un participante del proceso de aprendizaje junto con el estudiante (Arcavi, 2018).

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